viernes, 11 de septiembre de 2009

LA PLATAFORMA DE INICIATIVAS CIUDADANAS CONSIDERA ESCANDALOSO EL TRASLADO DEL RICO PÉREZ AL PLAN RABASSA

LA PIC VE INDIGNA DE UNA AUTORIDAD DEMOCRÁTICA LA ACTITUD SERVIL DE LA ALCALDESA

Ante las noticias publicadas acerca de la ubicación del Rico Pérez en los terrenos del Plan Rabassa, en relación con ajustes en el programa de instalación de centros comerciales, la PIC considera:

1.- Es indigno e impropio de una autoridad democrática que la Alcaldesa aluda a “exigir” a E. Ortiz que no instale un centro comercial en los terrenos adyacentes del Rico Pérez. En este momento está redactándose el PGOU y el PP ya preparó un traje a la medida de los intereses de “Aligestión” –empresa instrumental para este negocio de los máximos accionistas del Hércules-, según reconoció en su día el propio Ortiz; basta, pues, con que la mayoría municipal cambie el proyecto para que no se hagan en la zona centros comerciales. Y ello sin necesidad de recordar la burla de haber convocado concurso de diseño, encargar proyectos de arquitectos… En realidad, la “exigencia” trata de ocultar una negociación en la que el empresario tiene todas las posibilidades de imponer su criterio a los intereses generales de la ciudad. La realidad es que no es necesario ningún centro comercial más, ni en los terrenos del Plan Rabassa ni en el Tossal, con independencia de la instalación de Ikea.

2.- Lo que la Alcaldesa debería hacer es denunciar es el flagrante incumplimiento de las cláusulas de venta del Rico Pérez, tan beneficiosas para “Aligestión”. En ellas se estipulaba –hace dos años y medio- la reparación inmediata del estadio: no se ha movido ni una piedra. Por lo tanto cualquier otra consideración está bajo sospecha. Así, caben las siguientes preguntas: ¿regalará “Aligestión” a la ciudad el actual estadio o deberá pagarlo el Ayuntamiento?, ¿con qué fondos se haría, en su caso, ese pago?, ¿con cuáles se restauraría?, ¿para qué querría Alicante dos grandes estadios?, ¿no es plausible imaginar un horizonte en el que se abandonara, sencillamente, el estadio y una vez se constatara su imposible mantenimiento se demoliera, permitiendo que el negocio sea redondo, existiendo fondos suficientes para erigir el nuevo estadio con el señuelo de la necesidad de que Alicante cuente con un campo digno? En todo caso lo anunciado desdice las promesas públicas de E. Ortiz, cuando advirtió de que la maniobra no tenía un trasfondo inmobiliario. En aquel momento la PIC advirtió del carácter necesariamente especulativo del proceso: hoy la realidad pone a cada cuál en su sitio. Que la Alcaldesa pretenda ignorar todo esto es patético.

3.- La PIC lleva años advirtiendo que el negocio del Plan Rabassa no estaba en la construcción de viviendas, y más en las actuales circunstancias económicas, sino en el control estratégico del suelo. Lamentablemente las noticias sobre Ikea, un posible centro comercial y este nuevo estadio nos dan la razón. Es evidente que si Ortiz consigue permutar suelo del Plan –cuyo valor mengua con la crisis económica- por suelo en el centro urbano, revalorizable antes cuando mejore la situación, ya habrá hecho un gran negocio –siempre en nombre del venerable nombre del Hércules-. E, incluso, no es descartable que nos encontremos ante un movimiento-puente, que le permita el control de suelo en el Tossal mientras que el estadio finalmente acabe en la zona de Fontcalent. En todo caso nos negamos a admitir que nos encontramos ante una situación que afecta al “deporte alicantino”: así, humillando a Alicante, no se defiende al Hércules ni a ninguna seña de identidad. No hablamos de deporte: hablamos de la médula misma de la democracia y del urbanismo local.

4.- Lo que es evidente es que ni las zonas comerciales ni un nuevo estadio –con lo que supone de viales, aparcamientos, etc.- están en el diseño del Plan Rabassa aprobado por la Consellería. De ello se extraen dos conclusiones: 1) La publicidad que se difundió apabullantemente hace unos meses no reflejaba la realidad y a día de hoy ignoramos absolutamente el número de viviendas que, indudablemente, se habrá reducido: en esto queda la promesa de atender a esta necesidad social. 2) Las diferencias entre lo aprobado y lo que cada semana se anuncia como mágica innovación es tan enorme que incrementa exponencialmente las posibilidades de que el Plan, en su conjunto, sea declarado ilegal: empresarios, Cajas de Ahorro y el Ayuntamiento están jugando con fuego, con tal niveles de imprudencia que, de nuevo, causa escándalo su prepotencia y ausencia de interés por los intereses colectivos.

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